Friday, April 15, 2011

Sólo un sentimiento... Impotencia.


Habíamos terminado hace poco la prueba escrita de inglés, salimos a comprar algo para comer mientras esperábamos que la Miss nos hiciera pasar para dar la parte oral de la prueba, estaba estudiando con Novoita un cuestionario, más allá estaba Lidi, Germán y mis otros compañeros (y amigos) cuando en eso sonó mi móvil, era Karen quien llamaba.


Aló?... aló?

Por el otro lado de la línea sólo escuché sollozos.

Aló, Karen? -repetí-

Cristian, entraron a la casa... -alcancé a distinguir entre llantos- nos entraron a Robar a nuestra casa, se llevaron las cosas... (llanto).

De inmediato comprendí lo que ocurrió...

Karen, sal de la casa, toma a Diego y ándate donde tu mamá, deja cerrado y sal de la casa. Fue lo primero que le dije después de comprobar que estaban ellos bien.

Uno nunca sabe si hay gente escondida, con la conmoción sólo se ve por encima y no se prestan atención a los detalles.

Le pedí que se calmara y le dije que iba en seguida para allá, "me tomo un taxi y llego rápido, espérame", luego de eso corté.

Mis compañeros que estaban al rededor se dieron cuenta que algo pasaba y yo entré a la sala sin importarme las instrucciones de la Miss (nadie puede entrar cuando se está dando una prueba), llegué a mi puesto para sacar mis cosas, me excusé y le avise que me iba, saqué mis cosas y salí de la universidad, no recuerdo muy bien quien me preguntó que me había pasado, respondí algo que tampoco me acuerdo que fue... sólo quería llegar a casa.


Tomé un taxi en la esquina donde está el Telepizza, en Plaza Italia, le expliqué (le pedí) al conductor, un tipo poco mayor que yo que se parecia algo a Kike Neira, que por favor fuéramos rápido a Maipú, "tengo una emergencia en casa y necesito llegar lo antes posible", barajámos varias opciones para ver lo más expedito y quedamos en irnos por la autopista del Sol, 29 minutos después de haber tomado el taxi me estaba bajando en el frente de mi casa, este tipo realmente volaba...


Llegué a casa y al ver todo tirado y revuelto en el piso se me vino a la mente la típica escena de teleserie o alguna película mala donde alguien entra a robar o a darle alguna lección a al tipo bueno y le hace mierda la casa.


Vi a gente en el jardín, familia y vecinos, escuché a Dieguito y fui hasta donde estaba Karen, nos abrazamos y ella lloró, se sentía claramente vulnerada, tenía miedo y rabia, todo muy justificado.


LLegó la policia, hicieron las preguntas de rigor, entre las preguntas les sonó la radio y salió algo más importante, se fueron rapidamente. Ni un aporte -no hay crítica social en esto, sólo que esperaba algo más- informaron el procedimiento y se fueron.


Vino y salió harta gente -hubieron otras cosas entre medio que pasaron pero no voy a entrar en más detalles- y por fin nos quedamos solos, supimos y sopesamos lo que había pasado... Entraron a Nuestra casa, violaron nuestra intimidad, estuvieron donde nadie ajenos a nosotros debiera haber estado, se llevaron nuestras cosas, tomaron lo nuestro, lo que nos cuesta tanto trabajo conseguir, por lo que tu tanto te esfuerzas... más allá de lo material, algo que se siente aún más, se llevaron la seguridad de tu casa, de tu refugio... luego de eso sólo queda el sentimiento de inseguridad, de vulneralidad, de que en cualquier momento van a volver.

Como cuando fue el terremoto, los días posteriores, al tratar de dormir, cualquier ruido pensabas que era una réplica... acá era lo mismo, cualquier ruido y pensabas que alguien estaba entrando a casa de nuevo... no se puede estar tranquilo.


Esto es un pequeño extracto de lo que nos pasó el miércoles 13 de Abril recién pasado a mi familia. Karen, Diego y Yo estamos bien, un poco golpeados emocionalmente pero bien.


Gracias a todos lo que está y estarán con mi familia, de corazón gracias.

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